Más, la violencia repulsó Conde. Escribió poemas que
criticaron la Guerra en Mientras los Hombres Mueren y En un mundo
de fugitivos. Los Nacionalistas atacaron los lugares donde vivieron
los ciudadanos inocentes. Conde creyó que el gobierno oprimió a los
niños y las mujeres con la violencia. Expresó su enoja a la inutilidad
de la Guerra. Antonio Oliver sobrevivió la Guerra, y Conde y él se
mantenían en España, bajo el gobierno fascista. Sus obras que podían
publicada en España recibieron las alabanzas del gobierno, lo mismo
que las otras obras criticaron. Obstante al elogio, Conde creyó que
no pertenecía en el país bajo el control de Franco. Sustituyó las
críticas del gobierno con unas obras sobre la condición de la mujer
en la sociedad. Mujer Sin Edén es el libro de Conde más importante;
usó las convenciones de la Biblia, la historia, y la mitología mientras
que desafió las imagenes viejas de la forma y la actitúd femenina.
Llegó en 1947. Conde siguía a enseñar y escribir hasta su muerte en
1996. Sus obras tardes tuvieron su foco en el paso del tiempo, y las
cuestiones de la muerte y la vida y la primacia de la mujer.
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